Al día siguiente, 3 de diciembre, nos levantamos temprano (a eso de las 5 de la mañana) para comenzar un safari que nos permitiría contemplar a lo largo de toda una jornada la desbordante variedad y belleza de flora, fauna y paisajes del parque. En próximas actualizaciones abundaremos en más detalle de lo que allí vimos, así como algunos problemas de logística que surgieron antes del comienzo del safari, pero valgan por ahora las fotografías que mostramos:
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El parque Kruger desde uno de sus puntos de observación.
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Un tucán nos dio los buenos dias |
Tortuga leopardo |
Escarabajos peloteros |
Pájaro curioso |
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Mirlos metálicos |
Manada de impalas |
Impala con su cría |
Leona |
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Tranquilos, sólo bostezaba |
The lions sleep today |
Facoceros, tambien conocidos
por Pumbas |
Por que hay que respetar los
límites de velocidad |
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Hipopótamos |
Búfalo |
Manada de unos 700 búfalos |
Elefantes |
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Jirafa |
Desde el todoterreno |
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Ribera de uno de los ríos que cruzan el parque Kruger .
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Ya terminando el safari, cuando por fin llegamos a un lugar con cobertura para el teléfono móvil de nuestra guía, fuimos informados de un súbito cambio en las intenciones del gobierno de Sudáfrica respecto a lo inicialmente previsto sobre el eclipse, ya que según ellos la masiva afluencia de gente para verlo en el parque les obligaba a suspender la posibilidad de que las expediciones saliéramos individualmente de noche hacia la zona del eclipse (que se produciría a primera hora de la mañana siguiente), única posibilidad de llegar allí a tiempo desde nuestro campamento (la segunda noche estaba prevista en Skukuza, campamento principal del parque, a más de 200 kilómetros de la zona del eclipse). Para ello con previsión vilmente mercantil, habían habilitado unos pocos autobuses que estos sí, previo pago del billete, iban a salir hacia la zona del eclipse. A causa de lo tarde que nos enteramos no pudimos conseguir plaza en los autobuses, por lo que como solución de emergencia y gracias a la buena voluntad de Sonja y Ember, renunciamos a nuestra noche en el campamento y con nuestro microbús salimos del parque y partimos rumbo al extremo norte del país. Tras un encuentro casual con un grupo de holandeses decidimos cambiar nuestro primer objetivo, Messina, por la entrada norte del parque, cerca de Punda María. Allí, a la puerta del parque, en el autobús, hicimos noche los 14+2 miembros de la expedición. Los que no dormimos pudimos ver como la noche despejada se torno en nubosa justo a la hora del amanecer.